Todos hemos estado allí: De pie en un escenario, frente a una cámara o frente a un micrófono. Estamos solos allá arriba, pero sabemos que fuera de la luz que nos quema los ojos y no nos da dónde escondernos, hay una audiencia de innumerables almas, todas mirando, todas escuchando. Y nuestro mayor miedo, el silencio, que está estrechamente relacionado con el fracaso, que a su vez imita el colapso absoluto, parece llenar la habitación con un montón de nada.
Realizar no es fácil. Los actores de teatro lo saben, al igual que los actores de cine y televisión y los profesionales de la voz. Todo lo que se necesita es una línea olvidada o una ruptura inadvertida en el personaje y, para algunos de nosotros, se acabó el juego. El miedo no se arrastra tanto como irrumpe en nuestra realidad y borra cualquier esperanza de un resultado exitoso.
Pero no tiene que ser así. Mis propias experiencias van desde la radio y la televisión hasta el escenario y la oratoria, y en todos los casos he tenido momentos de crisis que continúan persiguiéndome hasta el día de hoy. Pero aprender de la experiencia puede hacer que las presentaciones futuras en esos lugares tan aterradores sean tan triunfantes como estaban destinados a ser. Aquí hay un resumen rápido de algunas de las técnicas que he desarrollado a lo largo de los años para evitar el miedo escénico y permitir que mi intérprete interior brille para que todos lo vean:
1. Recuerda quién es el intérprete.
La audiencia está ahí para verte o escucharte. Y sólo a ti. Es su don, su experiencia, su capacidad única para hacer suyo el papel que los sacó de la casa en una noche lluviosa. De todas las personas en la sala en ese momento, tú eres el que sabe más sobre este personaje, esta actuación, este trabajo, que nadie más. Deja que tu dominio del momento sea tu guía.
2. Olvida lo que está en juego.
Puede estar frente a 20 personas en un teatro de repertorio o miles en las instalaciones de artes escénicas más prestigiosas. Al final, todos son iguales. Demasiados artistas permiten que la supuesta importancia de la actuación, de la noche, de la gente que asiste, afecte su mentalidad. No lo haga. Vea arriba: Usted y solo usted son los principales ejecutantes. Que lleven esmoquin y batas o monos y vestidos de verano es irrelevante. El público no importa. Lo haces.
3. Actuación sobre el público.
En una línea relacionada, lo que está entregando importa mucho más que a quién se lo está entregando. Mantén el foco en tu actuación, excluyendo a todos y cada uno de los demás, y estarás bien aislado de cualquier temor relacionado con el público. Dicho esto, si le resulta útil hacer contacto visual con algunos miembros amigables de la audiencia, siga a su corazón y haga esa conexión desde el principio. A algunos artistas les resulta útil obtener un poco de apoyo y retroalimentación visual adicional.
4. Ser un locutor temporal.
La televisión y la radio son excelentes terrenos de prueba para actores y otros profesionales de la escena y el espectáculo, ya que le permiten practicar su oficio sin la distracción física de una audiencia visible. Sé que suena demasiado simplista, pero conseguir algo de tiempo en el estudio con una cámara o un micrófono puede ayudarte a desarrollar la mentalidad que puede enseñarte a ignorar naturalmente a quien esté en la habitación para que puedas concentrarte en tu rendimiento. Pase suficiente tiempo mirando una luz roja que no parpadea, según la teoría, y nunca sabrá quién está sentado detrás de las luces brillantes después de la transición a un escenario real.
5. Practica como si lo dijeras en serio.
El error más mortal que pueden cometer los artistas consiste en no sentir el peso de una actuación antes de que tengan que entregarla de verdad. Si no tocas a todo volumen, con toda la cadencia y en el lugar donde lo entregarás, tu cuerpo y tu mente nunca tendrán la oportunidad de sentir cómo es, o de adaptarse a la realidad muy diferente de una actuación en vivo y en persona. Leer tus líneas a medio volumen en el espejo de tu dormitorio no cuenta. Replica el espacio previsto lo más de cerca posible y acostúmbrate a las señales únicas asociadas con la práctica como si realmente estuvieras actuando.
6. Visualiza tus errores.
Puede parecer ridículo planificar previamente sus errores, pero esperar lo peor es una buena práctica para manejarse cuando ocurre lo inevitable. Porque, seamos realistas, cometerás errores. Mi recomendación: Ni siquiera los llames errores o errores. Acepta el hecho de que sucederán y, en su lugar, concéntrate en cómo responderás al instante para asegurarte de que puedes continuar con un rendimiento uniforme y uniforme. Configure saltos de velocidad específicos dentro de sus sesiones de práctica para ayudarlo a aprender, de forma innata, cómo rodar con los golpes. Para cuando llegues a una actuación en vivo, nada de esto parecerá un gran problema en absoluto.
7. Ralentizar.
Tendemos a acelerar las cosas cuando estamos nerviosos, lo que puede aumentar la probabilidad de tropezar con nuestras propias lenguas. O peor. Para contrarrestar esto, use relojes, temporizadores o incluso metrónomos durante los ensayos para controlar su velocidad y forzar a su cerebro a mantener un ritmo viable.
8. Buffer el rendimiento.
Trate de poner tanto tiempo y espacio psicológico como sea posible entre el mundo real y cualquier actuación dada. Llegue al lugar temprano, y preferiblemente solo o acompañado de partidarios que entiendan por qué necesita su espacio. Asiente lentamente y desconectar de los que te rodean. Apague el teléfono inteligente y los dispositivos electrónicos relacionados. Aproveche el tiempo para revisar sus líneas o notas, tome su bebida favorita sin alcohol y sin cafeína y adéntrese en su mentalidad de rendimiento. Con el tiempo, construye rituales personales que tengan sentido para ti y te ayuden a alcanzar la comodidad y el equilibrio antes de que tengas programado actuar.
No existe una solución integral para el miedo escénico. Cada artista tiene necesidades y enfoques únicos para el oficio, y deberá mantener una mente abierta a lo que funciona y no funciona para sus necesidades particulares. Pero con un poco de atención centrada en este problema tan real, puedes elevar el nivel de tu juego de rendimiento, y probablemente también te diviertas un poco más en el proceso.