Los problemas de disciplina desafían a la mayoría de los maestros nuevos e incluso a algunos educadores veteranos. Una buena gestión del aula combinada con un plan de disciplina efectivo ayuda a mantener el mal comportamiento al mínimo para que toda la clase pueda concentrarse en el aprendizaje.
Las reglas del aula deben ser fáciles de entender y manejables. Asegúrese de que no tiene un número tan grande de reglas que sus estudiantes no puedan seguirlas consistentemente.
Pon un ejemplo
La disciplina comienza contigo. Comience cada período de clase con una actitud positiva y altas expectativas. Ayudará a crear un ambiente de aprendizaje positivo. Si espera que sus estudiantes se porten mal, probablemente lo harán. Venga a clase preparado con lecciones para el día. Reduzca el tiempo de inactividad de los estudiantes para ayudar a mantener el orden.
Trabaja para que las transiciones entre lecciones sean fluidas. Por ejemplo, al pasar de la discusión en grupo completo al trabajo independiente, intente minimizar la interrupción de la clase. Tenga sus documentos listos para usar o su asignación fue escrita en el tablero para que pueda avanzar rápidamente a través del proceso. Muchas interrupciones ocurren en tiempos de transición durante las lecciones.
Sea Proactivo Con los Problemas de Disciplina
Observe a sus estudiantes mientras entran en clase y busque signos de discordia. Por ejemplo, si notas una discusión acalorada antes de que comience la clase, afróntala entonces. Dele a los estudiantes unos momentos para que resuelvan las cosas antes de comenzar la lección. Sepárelos si es necesario y trate de llegar a un acuerdo para que, al menos durante el período de su clase, abandonen el tema.
Publique un plan de disciplina que siga consistentemente para gobernar la conducta del estudiante. Dependiendo de la gravedad de un delito, esto debe proporcionar una o dos advertencias antes del castigo formal. Su plan debe ser fácil de seguir y causar una interrupción mínima a su clase. Por ejemplo, primera ofensa: advertencia verbal; segunda ofensa: detención con el maestro; tercera ofensa: remisión.
Use el humor cuando sea apropiado para difundir situaciones delicadas. Por ejemplo, si le dice a sus estudiantes que abran sus libros en la página 51, pero tres estudiantes están tan ocupados hablando entre sí que no lo escuchan, resista la necesidad de gritar. Sonríe, di sus nombres y pídeles con calma que esperen hasta más tarde para terminar su conversación, porque realmente te gustaría escuchar cómo termina, pero tienes que terminar esta clase. Esto debería conseguir algunas risas, pero también hacer que tu punto de vista sea claro.
Sea Firme Pero Justo
La coherencia y la equidad son esenciales para una gestión eficaz del aula. Si ignoras las interrupciones un día y te pones duro con ellas al siguiente, tus estudiantes no te tomarán en serio. Perderás respeto y las interrupciones probablemente aumentarán. Si usted parece injusto en la forma en que hace cumplir las reglas, los estudiantes se resentirán de usted.
Aborde las interrupciones con respuestas en especie. En otras palabras, no eleve las interrupciones por encima de su significado actual. Por ejemplo, si dos estudiantes siguen hablando en clase, no interrumpas la clase para gritarles. En su lugar, simplemente diga los nombres de los estudiantes y emita una advertencia verbal. También puedes intentar hacerle una pregunta a uno de ellos para que se concentre de nuevo en la lección.
Si un estudiante se vuelve verbalmente confrontativo, mantenga la calma y sáquelo de la situación lo más rápido posible. No te metas en peleas de gritos con tus estudiantes. Y no metas al resto de la clase en la situación involucrándolos en el proceso disciplinario.
Priorizar la seguridad
Cuando un estudiante se agita visiblemente, debe mantener un ambiente seguro para los otros estudiantes. Permanezca lo más tranquilo posible; su comportamiento a veces puede difuminar la situación. Debe tener un plan para lidiar con la violencia que discutió con los estudiantes a principios de año. Debe usar el botón de llamada para obtener ayuda o hacer que un estudiante designado obtenga ayuda de otro maestro. Envíe a los otros estudiantes de la habitación si parece que podrían salir lastimados. Si se produce una pelea en el aula, siga las reglas de su escuela con respecto a la participación de los maestros, ya que muchos administradores quieren que los maestros se mantengan alejados de las peleas hasta que llegue la ayuda.
Mantenga un registro anecdótico de los principales problemas que surjan en su clase. Esto podría ser necesario si se le pide un historial de interrupciones en el aula u otra documentación.
Lo más importante, déjalo ir al final del día. Los problemas de gestión e interrupción del aula deben dejarse en la escuela para que tenga tiempo de recargarse antes de volver a otro día de enseñanza.