Los discípulos nunca le pidieron a Jesús que les enseñara a predicar o enseñar, pero le preguntaron: «Señor, enséñanos a orar.»Jesús era un hombre de oración, y sus discípulos quedaron profundamente impresionados cuando lo oyeron orar. Hay alrededor de 25 referencias a Jesús orando en el Nuevo Testamento. Oraba en secreto y en compañía de otros. Oró en diferentes lugares (en una montaña, en un jardín y en la cruz) y en diferentes momentos (de día, de noche y de madrugada). Oró antes de eventos cruciales, después de grandes logros, y mientras enfrentaba las demandas del ministerio diario. Podemos beneficiarnos enormemente al estudiar y ponderar las oraciones de Cristo.
La Escritura registra cuatro ocasiones en que Jesús dio gracias. Uno de esos casos se encuentra en Mateo 11:25-26 (ver arriba), cuando dio gracias a Dios por ocultar la verdad espiritual a los «sabios y prudentes» y revelar la verdad espiritual a los «niños».»En esta breve oración, Cristo destacó dos elementos esenciales en la provisión de bendiciones espirituales de Dios: la humildad del hombre y la soberanía de Dios.
Cristo agradeció a Dios el Padre por ocultar la verdad espiritual de «los sabios y prudentes», aquellos que eran orgullosos y santurrones como los líderes religiosos judíos. Cristo también estaba agradecido de que Dios revelara la verdad del evangelio a los «niños», aquellos que eran Sus seguidores. Su oración de acción de gracias fue una reprimenda sarcástica para los orgullosos y un importante recordatorio para los humildes. Solo Dios tiene la autoridad soberana para ocultar y revelar la verdad espiritual.
Encontramos un ejemplo del derecho de Dios de ocultar y revelar la verdad en un episodio crucial del ministerio de Cristo en Cesarea de Filipo (Mateo 16:13-17). Cristo preguntó a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?»Ellos respondieron:» Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros dicen que Jeremías o uno de los profetas.»Cristo, entonces, indagó más:» Pero, ¿quién decís que soy yo?»Pedro habló:» Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.»Entonces Jesús confirmó que Pedro entendió correctamente Su identidad y dio la razón por la que: «No os lo ha revelado carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.»La verdad sobre Cristo y el evangelio solo se puede entender cuando Dios abre nuestros ojos espirituales. Demos gracias por un corazón humilde y enseñable, y demos gracias por lo que Dios ha revelado acerca de Cristo y por lo que hemos recibido en Él. Gracias a Dios por Su don inefable.
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