Una caída de confianza es un ejercicio de grupo en el que una persona se permite caer deliberadamente para ser atrapada por alguien u otros en el grupo. El ejercicio es utilizado por una variedad de grupos, organizaciones y empresas para dar a las personas involucradas un sentido de confianza entre sí. También está diseñado para construir un espíritu de equipo entre los miembros con el fin de ayudar al grupo a lograr sus objetivos.
En un ejercicio típico de caída de confianza, los miembros del grupo forman un círculo alrededor de la persona que va a caer. A veces hay un «observador» designado que debe atrapar a la persona que se cae. El observador debe colocarse lo suficientemente cerca como para atrapar a la persona, pero lo suficientemente lejos como para permitir una caída casi completa.
Hay un elemento de peligro en las caídas de confianza. La persona que va a caer está de pie rígida y recta y luego simplemente se inclina hacia atrás. No debe intentar de ninguna manera frenar o prevenir la caída. Cuando se producen lesiones, por lo general son el resultado del pánico por parte de la persona que se cae, o el fracaso del observador para atrapar a la persona de manera segura. Los facilitadores de Trust fall recomiendan que siempre haya al menos un líder de grupo experimentado.
En algunos ejercicios, la duración de la caída de confianza se extiende o varía gradualmente. Puede incluir caerse de una escalera de mano y luego de un escenario. Se puede designar a más de una persona para que caiga. Las caídas se pueden organizar en cualquier dirección, o la persona que cae debe elegir una sin revelarla.
Una variante de la caída de confianza es realizar el ejercicio en dos etapas, una caída emocional y una caída física. La caída emocional implica confiar en que habrá aceptación por parte del grupo. A los individuos se les pueden hacer preguntas como por qué están allí y qué fortalezas creen que aportan al grupo. También se puede pedir a los participantes que expliquen su nivel de compromiso con el grupo y por qué sus propósitos son importantes. Muchos facilitadores creen que construir la confianza emocional primero fortalece el éxito de la caída física.
Generalmente hay una sesión de preguntas y respuestas, a veces denominada «debriefing», al concluir un ejercicio de trust fall. Se pide a los participantes que comenten lo que el ejercicio significó para ellos. También se les anima a hablar sobre cómo se sentían emocionalmente, particularmente hacia el resto del grupo.
Algunos críticos señalan que no hay evidencia científica de que una caída de confianza realmente genere confianza. El ejercicio se realiza en un entorno controlado, en el que se espera que todos los participantes actúen de manera confiable. También están en presencia de todos sus pares. Sin embargo, los líderes del grupo señalan que el ejercicio crea un sentido de propósito compartido entre los participantes, a partir del cual crece la confianza duradera a medida que continúan trabajando juntos.